Ya hemos oído y visto sobre un sin número de formas para “cambiar” nuestras vidas: que si comes más sano, que si te rodeas de buenos amigos, que si haces ejercicio, que si te pones a estudiar algo que te interese, que si emprendes tu propio negocio, etc. Sin embargo, aunque todas estas cosas suenen bastante bien, existe algo que puede realmente ayudarnos a ver la vida con otros ojos y eso, es “la gratitud”.
Generalmente, casi pasa desapercibido el hecho de que podemos, en muchos casos, acercarnos a la cocina de nuestras casas o departamentos y encontrar algo que comer; y si tenemos sed, casi sin pensarlo, abrimos la llave de agua o agarramos una jarra con agua fresca para llenar el vaso… y la lista sigue, un millar de cosas a las que muchos en este mundo no tienen acceso y nosotros si.
- En vez de llevar a cuestas el “si tan solo tuviera” o “si tan solo yo fuera”, tenemos una invitación a cambiar nuestra actitud en vez de esperar y esperar a que las circunstancias cambien.
- La gratitud es tener una conciencia absoluta de los beneficios de la vida, ¿cómo podemos entender esto mejor? Solo Dios tiene el poder de ayudarnos a percibir y a apreciar hasta las cosas más pequeñas y de concedernos un corazón grato hacia El.
- Un buen remedio para la ansiedad es sin duda, la gratitud pero ante todo, la oración.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” Filipenses 4:6